Neurocosmética: La Cosmética de la Felicidad.

La primera vez que se escuchó hablar acerca de la neurocosmética fue en la Sociedad de Químicos Cosméticos en Nueva York en el año 2007.

Neurocosmética es un termino que definitivamente llegó para quedarse y seguramente a estas alturas te estarás preguntando qué significa. Te invito a través de este artículo de Paulownia Magazine a descubrir cómo los productos de belleza pueden influir en nuestro estado de ánimo.

Sí, porque la neurocosmética estudia la conexión entre la piel y el sistema nervioso, buscando activos que provocan la secreción de endorfinas u otras sustancias que ayudan a mejorar el bienestar cutáneo. 

Cómo se ha hecho popular. 

En los últimos años, la popularidad de la neurocosmética ha ido in crescendo y esto se debe en gran parte a varios estudios que han reafirmado su efectividad. 

Existe una conexión entre la piel y el sistema nervioso y los productos de uso tópico pueden tener la capacidad de crear impulsos nerviosos capaces de cambiar el estado de ánimo, y su función deja de ser meramente superficial sino que comienza a incidir de una u otra manera en el bienestar psíquico debido a la sensorialidad. 

La neurocosmética puede afectar la respuesta cerebral al tratamiento tópico. Afecta los grupos de nervios sensibles al calor, frío, el dolor, la picazón y la presión. Son estos receptores los que envían la señales a través de las fibras de la piel a la médula espinal, que posteriormente se transmite al cerebro. 

Como ya sabemos, la piel es el órgano más extenso del cuerpo y receptor de sensaciones que estimulado permanentemente por el medio – y estando conectada al cerebro mediante más de 800.000 receptores sensoriales– es capaz de desencadenar alteraciones cutáneas alérgicas o inflamatorias , que además – en estos tiempos tan inciertos- se ven agravadas producto del estrés .

Debido a los cientos de miles de receptores que hacen posible que cerebro y piel se comuniquen, se activan procesos tales como la regeneración celular, la función inmune, la pigmentación, etc. Precisamente cuando estos sufren interferencia debido a factores como el estrés, la edad o el medio ambiente es cuando la piel comienza a perder elasticidad y a envejecer. 

Desde el punto de vista biológico la piel es la prolongación periférica del sistema nervioso. Debido a sus origen en común: el ectoblasto, son hermanos embriológicos.  

Cuando hablamos de los problemas estéticos a los que se ve expuesta la piel – resequedad, sensibilidad, fotoenvejecimiento, arrugas, calvicie, celulitis, rosacea, seborrea en tres muchos otros- estamos hablando de el alcance de la neurología cutánea. Estudios recientes sobre el SNIC (Sistema Neuro Inmuno Cutáneo) podrían dar respuesta a problemas dermatológicos como los producidos por la radiación solar y mejorar así la eficacia de sus ingredientes.

Otro punto importante es que los productos neurocosméticos pueden contribuir a través de los neurotransmisores al bienestar y mejora del estado fisiológico de las personas. 

Por ejemplo está el caso del mentol, que actúa en los termorreceptores de la piel y proporciona una sensación de frío. Cabe señalar que los activos de los productos neurocosméticos son básicamente péptidos de diversos orígenes y una variedad de extractos botánicos. Son ingredientes neuro-activos que además de actuar en la superficie de la piel actúan a nivel neurológico para producir efecto calmante, de bienestar, entre otros. Crean impulsos nerviosos capaces de cambiar el estado de ánimo. 

La multinacional Shiseido fue una de las pioneras en lanzar productos neurocosméticos, como su crema Essential Energy con tecnología ReNeura que contiene extracto de una planta japonesa llamada Ashitaba , que tradicionalmente se usa en Japón para tratar la depresión. Se le considera además como planta que alarga la vida.

También es el caso de la firma española Sensalia Labs , la que a través de su marca Facialderm, ofrece una línea de neurocosméticos formulada con Neurophroline, que es un extracto derivado de la planta hindú Tephrosia purpúrea, que reduce hasta en un 70% la producción de cortisol – responsable de los estados de estrés- en solo dos horas. 

La multinacional Shiseido fue una de las pioneras en lanzar productos neurocosméticos.

La aromaterapia, relación directa con la neurocosmética

La aromaterapia es una de las bases de la neurocosmética porque es a través de los aromas es donde podemos encontrarla.

Las emociones vividas a través de los productos de neurocosmética dependen de la combinación de olfativa que se tenga, provocando sensaciones diferentes, pudiendo ser más placentera, más estimulante, relajante, o incluso más sedante. Los cosméticos se adaptan dependiendo de la necesidad emocional y física de cada persona.

Aquí podemos comenzar a hablar de aromaterapia, una alternativa basada en el uso de productos aromáticos, como los aceites esenciales u otros compuestos, con el único objetivo de mejorar el bienestar psicológico o físico , pone el foco en el sentido del olfato, vinculado al cerebro, a los recuerdos y emociones. Porque los aromas pueden desencadenar respuestas emocionales e incluso físicas y también permiten recordar experiencias vividas, lugares, personas. Es por esta razón que muchas personas la asocian con la neurocosmetica. 

Hay una estrecha relación entre el cerebro y la piel. Existen unos compuestos químicos, denominados neurotransmisores, que tienen como función la transmisión de la información a lo largo del tejido nervioso.

Ingredientes Neuro-Activos de Origen Natural

La estimulación del sistema nervioso central mediante la cosmética es un arte que requiere atención meticulosa a la textura, los aromas, el color y la aplicación de los productos. Es crucial contar con principios activos específicos que trabajen en esta dirección para obtener resultados óptimos.

El Alfa Bisabolol, un componente derivado del aceite esencial de la flor de manzanilla, es ampliamente reconocido por sus propiedades calmantes y antiinflamatorias. Es especialmente beneficioso para la delicada piel del contorno de ojos, donde se requiere un cuidado especial.

El aloe vera, rico en nutrientes y minerales, no solo aporta un aroma estimulante y refrescante, sino que también potencia los efectos positivos del producto cosmético en la piel, proporcionando una sensación de frescor y bienestar.

El Extracto de Té Verde es otro ingrediente poderoso, gracias a sus polifenoles que actúan sobre los neuroreceptores de las células cutáneas, facilitando su regeneración y actuando como antioxidante para prevenir el envejecimiento prematuro.

Además, otros ingredientes como el Extracto de Algas, la Garcinia, el Aloe Vera, la Manteca de Karité y el Aceite de Rosa Mosqueta también estimulan los neuroreceptores, trabajando en sinergia para promover el bienestar y la salud de la piel.

Estos principios activos no solo estimulan los sentidos con su textura y fragancia, sino que también penetran en la piel para activar o inhibir los neurotransmisores conectados con la actividad cerebral, potenciando así sus efectos positivos, como la quema de grasa, la lucha contra el envejecimiento, la eliminación de toxinas, la renovación celular y la acción calmante.

Al ser la piel un espejo de nuestro estado de ánimo mental y emocional, si conseguimos estimular el cerebro y mandarle señales de alegría y euforia, éste producirá endorfinas, unos de estos neurotrasmisores, que provocan un efecto analgésico y de sensación de bienestar.

Se recomienda aplicar estos cosméticos al final de la tarde, en un ambiente tranquilo y relajado, para maximizar sus efectos positivos en la piel, aprovechando el momento en que cuerpo y mente están desconectados del estrés diario.

Ahora ya sabes que la neurocosmética es un campo fascinante que estudia la interacción entre el cerebro, la piel y los cosméticos. Se ha descubierto que la memoria y la felicidad están estrechamente relacionadas con la manera en que percibimos y experimentamos los productos de belleza.

¿Qué papel juega la memoria?

La memoria juega un papel crucial en nuestra experiencia con los cosméticos. Nuestro cerebro tiene la capacidad de asociar ciertos aromas, texturas y colores con experiencias pasadas, lo que puede influir en nuestras emociones y percepciones. Por ejemplo, un aroma que nos recuerda a la infancia puede evocar sentimientos de nostalgia y bienestar, mientras que una textura suave y reconfortante puede generar una sensación de calma y seguridad.

Además, se ha demostrado que ciertos ingredientes cosméticos pueden tener un impacto directo en nuestro estado de ánimo y bienestar emocional. Por ejemplo, los aceites esenciales como la lavanda y el sándalo tienen propiedades relajantes que pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. Del mismo modo, los antioxidantes presentes en muchos productos de cuidado de la piel pueden proteger contra el daño causado por los radicales libres, promoviendo una piel más saludable y radiante que a su vez puede mejorar nuestra autoestima y sensación de bienestar.

Los aceites esenciales como la lavanda y el sándalo tienen propiedades relajantes que pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.

La neurocosmética nos enseña que la belleza va más allá de la apariencia física, y que los cosméticos pueden tener un impacto significativo en nuestra memoria y felicidad al activar ciertos circuitos neuronales y emocionales en el cerebro. Al comprender mejor esta conexión entre la mente y la piel, podemos aprovechar el poder de la neurocosmética para mejorar no solo nuestra apariencia, sino también nuestra salud y bienestar en general.

Un abrazo!

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2 Comments

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  1. 2
    RAQUEL PACHECO MARTINEZ

    Maravilloso artículo! me encanta cómo lo abordas y lo explicas tan bien. Los aromas que provienen de la naturaleza, no solamente son olfativamente atractivos, sino que perduran en la mente como bien dices… Muchas gracias Yasna!

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