El kuzu , al que también se le conoce como “kudzu” procede de una raíz una planta trepadora de la familia de las leguminosas llamada Pueraria Lobata.
Tiene innumerables usos, tanto en medicina natural como en cocina. En la cocina tradicional china se usa hace siglos. Otorga una textura cremosa a salsas y postres sin añadir sabor y es libre de gluten.
Pero para obtener el kuzu, la raíz de la Pueraria lobata tiene que someterse a diferentes procesos. Una vez que se lleva a cabo la recolección de la planta, en las raíces se separa el almidón del resto de los componentes y, a continuación, se procede a su secado.
Cuando ya ha finalizado la deshidratación, la raíz se pulveriza y se conserva en forma de polvo para su comercialización. La mayoría de las personas la consumen en polvo, pero también se pueden adquirir en pequeños dados y piedrecitas.
Estudios científicos lo avalan como un alimento rico en antioxidantes y excelente para la salud cardiovascular. Además tiene propiedades antiinflamatorias. Son muchos los papers científicos que hablan acerca del kuzu. Es ideal consumir cuando hay cuadros de diarrea, estreñimiento o acidez.
Cuando viví en Barcelona lo probé. Estaba pasando por una afección pulmonar muy fuerte y padecía de tos con fuertes desgarros. Probé el kuzu disuelto en agua, luego lo ponía al fuego y me comía un tazón cada mañana . Era como una crema espesa blanca medio transparente pero sin sabor. Durante una semana estuve botando toda la suciedad acumulada en mis pulmones. No quiero entrar en detalles de lo que me ayudó a expulsar cuando tosía, pero si quiero decir que prácticamente fue mi salvación. Me sentí aliviada y luego completamente recuperada. Me ayudó a combatir el cansancio, la debilidad y todo el malestar de mi cuerpo.
Su contenido en isoflavonas – puerarina, daidzeína y miroestrol- ayudan a regular los estrógenos en la etapa de la menopausia aliviando los síntomas de insomnio y cansancio.
También es ideal para incluirlo en la dieta sin gluten. Excelente para regenerar la flora intestinal. El kuzu es un alimento macrobiótico.
Como espesante en las comidas es ideal. 5 gramos de kuzu equivalen a 15 gramos de maicena. Se puede añadir a líquidos, salsas, sopas. Se añade en frio y se cocina hasta que cueza. Los japoneses toman infusión de kuzu – la llaman el kusuyu- Y ya sabemos lo longevos que pueden llegar a ser.
Los beneficios van más allá de lo físico. El kuzu ayuda también al bienestar mental y espiritual.
Por los años 70’s se hizo un estudio y arrojó excelentes resultados en tratamientos de migrañas de las más fuertes.
Otra de las razones por las cuales es muy famosa esta raíz es que es ampliamente utilizada – históricamente- para tratar el alcoholismo. Ayuda a recuperar y desintoxicar el hígado. Lo que no se recomienda es consumirlo luego de una resaca porque estudios recientes sugieren que podría ser contraproducente porque incrementa la acumulación de acetaldehído en el organismo.
Maravilloso para los estados de cansancio, las alergias, la fiebre. Otro de los enormes beneficios es que estudios de laboratorio han demostrado que podría prevenir la aparición del Alzheimer y otros tipos de demencia. El mecanismo parece estar relacionado con la supresión de la “apoptosis” ( o muerte celular programada) en el hipocampo, la principal región del encéfalo relacionada con la memoria. Además en pacientes que ya padecen esta enfermedad , el uso de esta raíz ayuda a aumentar el flujo sanguíneo en el cerebro.
Las raíces del kuzu se emplean para neutralizar los venenos y las infecciones víricas También ayuda en episodios de vértigo y los acúfenos (ruidos molestos en el oído).
No son conocidas ni las advertencias ni las contraindicaciones. Es refrescante y astringente.
Propiedades: astringente, emoliente y tónico.
Si se desea hacer una tintura : raíz seca (1:5 en alcohol al 50%), 1-4 ml tres veces al día
Polvo o cápsulas : 1.000-3.000 mg hasta 3 veces al día.
El kuzu es empleado desde hace siglos en la cultura china. Considerada como una de las 50 hierbas fundamentales, es una raíz que en muchos lugares es desconocida. Ahora que ya leíste este artículo, ya no podrás vivir sin ella!
Nos vemos!