Irma Ortíz: «Emprender es Saltar Hacia lo Desconocido».

Abro mis ojos y recuerdo la mejor etapa de mi vida, en mi infancia, viviendo en una comunidad de agricultores muy humilde donde no era consciente de las carencias, aunque alimentos como frijoles y maíz no faltaban y amor mucho menos. Mi hogar era el más bello de todos, un padre y esposo amoroso y una mamá cansada de lidiar con sus traviesos hijos -porque todos éramos una locura-. Por cierto, soy la cuarta  de 9 hermanos.

De niña siempre fui muy observadora en las situaciones que se desarrollaban en mi entorno, reservada y nada callada era más bien de las niñas que hablan la verdad, y con una dulce ingenuidad vivía metiéndome en problemas por ser tan imprudente. Mi papá me decía “prieta cabrona” -así se refería a mí de forma cariñosa-.

Mi papá fue mi gran maestro de vida, un campesino sin estudios y que aprendió a leer y a superarse a sí mismo ¿cómo?, no lo sé, solo recuerdo como movía a toda una comunidad de 10 familias a que sus hijos estudiaran, a llevar la luz eléctrica al rancho, a hacer un pozo de riego para no depender del agua de temporal para poder cosechar… Qué bellos recuerdos de ese hombre que quiso cambiar la vida de sus hijos por algo mejor que la de él.

Fue un tiempo hermoso y a pesar de que tenía que caminar 12 kilómetros de ida y vuelta a la primaria, me consideraba privilegiada al tener acceso a esta, pues había niños a los que no mandaban a la escuela, pero los hijos de DON RICARDO si acudían. Entonces, ¿como desaprovechar tan magnífica oportunidad?.

Cuando volvía de la escuela, tenía que cumplir con las actividades propias de un rancho como cuidar chivas, moler nixtamal, hacer quesos, lavar etc… ¡y lo que nos pidieran!, pues sabíamos que si nos negábamos a hacerlo venía el clásico: “no te voy a dejar que estudies y si no ayudas te vas a convertir en un flojo”.

Mamá era la encargada de poner disciplina así que no quería que llegaran las quejas a papá -que se esforzaba tanto por tenernos en lo escuela-.

Con el tiempo mi madre se comenzó a dar cuenta de que era demasiado trabajo para ella sola, asi que decidió sacarme de la escuela para que la apoyara en el rancho. Hasta ese entonces solo había tomado un año de secundaria. Recuerdo que esa decisión me rompió el corazón y comencé a alzar mi voz y quejarme con mi papá porque se dejó convencer de que tenía que ser yo la que renunciara a la escuela.

La etapa de secundaria había sido muy dura pues ya era más consiente de las carencias y las burlas de los compañeros. Llegaba con zapatos rotos, con el  uniforme desgastado y  siempre era excluida de todo, así que eso lo aprovechaba para no salir a los recreos y me dedicaba todo el tiempo disponible en la biblioteca, comencé a soñar con mis historias imaginarias hacia mi propio mundo en el cual yo estaba en otro lugar donde yo me veía enseñando, y siempre hablaba sola y sobre lo que leía o lo que aprendía.

Pase unos años sin estudiar hasta  que una prima me invito a venir a Monterrey N.L. a ver a una tía. No lo pensé dos veces y aproveché la oportunidad. Desde que llegue a esta ciudad me enamore de ella. Sabía que en mis sueños estaba, era todo lo que yo anhelaba en mis historias locas y aunque venia de visita, le dije a mi tía que quería trabajar durante el mes que estuviese ahí. Ella me dijo “estás muy chiquita hija, nadie te contratará, a menos que quieras trabajar en casa como empleada doméstica” y yo le dije: “si tía, algo tengo que hacer”. Para esa fecha yo tenía solo 15 años y era ingenua en todo. Solo sabía que no regresaría al pueblo.

Tiempo después, encontré un trabajo con unas magníficas personas que me apoyaron. ¡No creas que me pagaron la escuela jajajaja no!. Me dieron permiso de quedarme en su casa, y salir diario a estudiar la secundaria nocturna. El haber tomado la desición de estudiar por las noches hizo que personas envidiosas de mi trabajo fueran crueles conmigo,pero afortunadamente, mis deseos de superación y mi estado de agradecimiento eran mayores, y yo todo lo veía como gran oportunidad pues en el lugar adonde llegue a trabajar era nada más y nada menos que el hogar de un político que había tenido cargos importantes como secretario ante la ONU, primer director del metro en la Ciudad de Mexico, etc.

Con una maravillosa biblioteca de todos los temas, -como esas bibliotecas de película-, ya se imaginarán cual era mi parte favorita de esa casa. Recuerdo preguntarle al Lic. ¿Sería tan amable en permitirme tomar un libro? y muy asombrado me contestó: ¿tú quieres leer? , le dije  «si, me gustaría ver un libro que me intrigó”,

“¡Caray!, nadie del servicio me había pedido eso, me piden dinero, prestamos, regalos, pero nadie que le preste un libro”.Quedó muy sorprendido.

Aproveché para decirle que quería estudiar, pero como en Monterrey no tenía casa ni donde quedarme y como trabajaba ahí todo el día, le pregunté si estaría dispuesto a permitirme estudiar por  las noches y a cambio  empezar mi jornada de trabajo más temprano. El licenciado accedió sin problemas.

Salir a estudiar en la noche la secundaria no fue fácil. La ciudad era demasiado grande para mí, pero eso, solo me hacía ver lo fuertemente bendecida que era. Fueron tiempos difíciles, no exentos de burlas pues era la campesina pobre estudiando en la ciudad. Ingenuamente presumía de mi gran logro de ser empleada doméstica y recibí muchas burlas.

Nuevamente me refugie en los libros. El Licenciado me llamaba “la guardiana de la biblioteca”. En esos tiempos leí la La Divina Comedia, Don Quijote, Cien años de Soledad y no falto la Divina Compendia, obras de literatura universal. Luego me apasioné por ver libros que hablaban de  arte empecé a conocer acerca de  los pintores más famosos y sus obras y luego iba a la sala de la casa donde estaba tapizada de arte y empezaba a ver las pinturas y sin ver la placa del pintor intentaba adivinar de que pintor era.

Cuando terminé la secundaria comencé a estudiar secretariado y contabilidad, no obstante mis horarios eran intensivos, a veces estudiaba hasta las 5 de la madrugada, no sabía lo que era salir un domingo.

A pesar de mis esfuerzos , una parte de mi anhelaba el calor de hogar. Me sentía desprotejida y me preguntaba cómo las mujeres de m pueblo podían aguantar tanto trabajo duro y tanta sumisión. Asi que recuperaba el valor y continuaba ahorrando para el sueño de comprarme mi propia casa. Si mi padre con esfuerzo consiguió llevar luz aun rancho de 10 familias demostrando que todo es posible.

Nunca desaproveché la oportunidad de ganar dinero. A parte de ahorrar,  pagar mi escuela enviaba dinero a mis padres. A los 18 años pude comprar una pequeña casa  en una colonia. Fue mi estreno como propietaria. Recuerdo que el dueño no podía creer  que una persona tan joven podría comprarla.

Luego de eso le envié una carta a mis padres al pueblo y les pedí que se vinieran a la ciudad. Fue así como llegaron a instalarse aquí pero ya mi padre venía enfermo. A partir de ahí vivió un proceso largo que terminó con su muerte.

En ese punto yo ya tenía mis planes para entrar a la facultad , pero la muerte de mi padre trastocó todo. Tuve que tomar responsabilidad de apoyar a mi madre que quedó bastante afectada y teniendo que sacar adelante a mis hermanos pequeños aún en edad escolar.

Tuve que dedicarme a apoyar a mis hermanos por lo que sacrifiqué mi sueño de poder seguir estudiando y aunque aún me duele no haber podido llegar a la universidad,el camino vivido con ellos, me llena de gozo y aunque fue muy dificil y no tuve tiempo de llorarle a mi padre ,me encargué de que mis hermanos no tuvieran que pasar por lo mismo que yo: burlas o que les llamaran “indios huerfanos”, de ahí siempre enfatizo en la importancia de educar a los niños para que no sean crueles.

Mi esfuerzo y mi trabajo dieron sus frutos y mis hermanos pudieron salir adelante. Hice que en ellos fuera más fuerte el recuerdo de nuestra familia, de nuestro padre tocándo la guitarra, llevándonos a campar a cielo abierto, de cómo nos motivaba a leer. Recuerdo que teniamos un día para reunirnos y hablar de él, para mantener viva su memoria . A veces me dolía el alma y otras me sentía cansada. También queria vivir, tener amigos… Solo tenía 20 años y me había convertido en una especia de madre protectora , llena de responsabilidades.

Con el tiempo desperté y me dije: “ mis hermanos no son mis hijos”. También me di cuenta de que mi madre me exigía demasiado cubrir los gastos y ella no era consciente del problema- porque había sido criada en otros tiempos- que aquello comenzaba a significar para mi. No estaba viviendo mi vida. Incluso, los jóvenes se alejaban de mi por el temperamento que había desarrollado. Pero cuando más me sentía sola y abatida apareció el que se convertiría en mi amado esposo hasta hoy. Un hombre que desde un principio se comportó como un caballero y aunque me pidió matrimonio tuvimos que esperar hasta que el más pequeño de mis hermanos terminara la secundaria.

Aunque soy la única de mis hermanos más chicos que no tiene estudios superiores me siento feliz de los hombres y mujeres que son. Comparto el amor de ellos con mi madre porque son como “mis primeros hijos”.

Actualmente tengo una familia y un hogar maravilloso, – con mi esposo y dos hijos-  en donde las muestras de amor entre los cuatro son increibles. Sigo trabajando incansablemente. Llevo 20 años en una empresa de seguros como gerente de Servicio al Cliente y decidiendo escalar posiciones a nivel profesional  empecé a leer libros de como poder ascender en una empresa, aprender acerca de liderazgo, ver en que se fijan los jefes para lograr un ascenso.

Un libro que me ayudo fue de la escritora Gaby Vargas “VISTETE PARA IMPACTAR”… no solo me ayudó a darme cuenta de que no vestía muy bien sino que ¡ni siquiera  me sabia maquillar!, así que me puse a estudiar Cultora de Belleza. Los sábados y domingos cargaba mi niña y me iba a la escuela y en 2 años puse mi propio Centro de Estética sin dejar de trabajar en esta empresa.

Con el tiempo comencé a darme cuenta de que habían muchas heridas que aún no habían sido sanadas. Me volví egocéntrica, sentía rabia y soberbia. No me gustaba ver como todo el mundo podía crecer menos yo. Siempre sentía que por no tener un “título” no podría lograr mucho más. Comencé a llenarme de zapatos, de ropa de marca, perfumes. Perdí mi esencia. Incluso casi abandono a mi esposo porque me sentía autosuficiente y comencé a dejar de valorarlo. Comencé a juntarme con personas divorciadas, alcoholicas sociales. No obstante él siempre se mantuvo firme a mi lado y  su gran amor hacia mi  y con la ayuda de Dios logré anclarme a tiera nuevamente.

Estuve persiguiendo 10 años poder ascender en mi trabajo, tanto así que llegué hasta posponer la maternidad porque sentía que no era compatible con mi éxito laboral, pero cuando llegó el momento en que me consideraron decidí que había esperado mucho y anuncié que tenía tres meses de embarazo. A partir de ahí, ser madre se convirtió en mi prioridad.

Mi experiencia laboral ha sido no obstante muy fuerte. He tenido que desarrollar un carácter fuerte, tomar decisiones e imponerme en un ambiente muy machista. Incluso me apodaron: el Diablo.

En medio de toda esa vorágine recuerdo que el jefe nos llamó a una junta en donde nos pedían presentar un plan de emergencia, pues la empresa estaba mal financieramente. Cuando llegó el día de presentar el plan la “brillante Irma” propone su estrategia de cerrar gerencias innecesarias, disminuir o liquidar a gerentes de sueldos altos para no despedir a técnicos ni ejecutivos telefónicos.Para mi fue lo más lógico.

“Aquí está el Plan con la nueva estructuración de los puestos. Se tienen que cerrar departamentos innecesarios y mi propia renuncia también. No soy la mejor pagada pero si mi sueldo les ayuda a preservar su empresa adelante, lleguemos a un acuerdo en la liquidación, y me despedí muy segura de que harían lo que yo planteaba… Eso era lo que yo quería… que me despidieran para darles cachetada con guante blanco a toda la bola de creídos que estaban conmigo (me incluyeron en su círculo porque vestía bien y me gustaban las cosas buenas y gastaba como ellos) pero cuando tuve el puesto de ellos se ofendieron por no tener “titulo”. En realidad nunca me aceptaron. Así que como ahora yo tenía la misma posición que ellos, se sentían en desventaja pues yo llegue con mis propios méritos y conocimiento de la empresa. Mis ideas eran mías y de nadie más y las hice valer. Se armó tal show que la “Irma” se quedó a cambiar las políticas de la empresa y las condiciones de los ejecutivos. Hace 11 años que traje un niño al mundo y  en 11 años,  el 80% de esta empresa es movida por mujeres y en su mayoría madres, nuevos compañeros de trabajo y unos con estudios universitarios y otros sin ellos, pero todos excelentes en su desempeño.

Esta es una síntesis de mi historia de vida, la verdad es que hoy lo veo más como un aprendizaje aunque antes de conocerlas lo recordaba con dolor, es más ni siquiera podía decir de donde era. Nací en Querétaro aunque desde que salí de mi pueblo, nunca más regresé.

Emprender es saltar hacia lo desconocido, y para saltar a ese lugar ocupamos una base sólida, y a pesar de que tengo conocimientos en finanzas, marketing, gestión y liderazgo no solo se trata de una “BASE” económica o de conocimientos.Pero algo te detiene y no sabes cómo empezar a hacerlo!.

El emprendimiento NACE de una plataforma para impulsarse, desde tu PROPÓSITO de Vida y este a su vez NACE de ser responsable.

Antes de buscar afuera, busca adentro, revisa tu interior…

¿Te has preguntado cuál es tu talento o don natural?

¿Te gustaría dedicarte a tu verdadera pasión, pero no te sientes seguro?

¿Aún no tienes claros cuáles son tus talentos y dones naturales?

¿Quieres descubrir tus fortalezas y habilidades latentes en tu interior?

Todos tenemos talento y es nuestra responsabilidad conocer cuál es para dedicarnos a lo que más amamos. Y no solo eso, sino ponerlo al servicio de los demás para mejorar este mundo con el valor que tú puedas aportar.

Para mi todo esto resume la base principal del emprendimiento…

Trabaje muy duro para tener una casa y ahora elijo trabajar duro en mi interior sin perder mi visión y mi misión que es  “servir con infinito amor” para que lo que sea para mi llegue como ha llegado todo lo que tengo en mi vida, con más facilidad y gozo y sin tanto trabajo, porque aprendí que si agoto mis fuerzas, el resultado no llega porque estoy bloqueándolo. En la vida hay que fluir.

Puedes emprender con $1,000 que es con lo que yo empecé, muy poco dinero en el bolsillo, pero con un corazón cargado de ilusión y una mente firme en mi propósito. El dinero fue llegando conforme fui trabajando en lo que me apasiona.

Lo que yo considero errores de un emprendedor (mi muy interesante punto de vista) es quiero ser mi propio jefe, o prefiero tener mi propio negocio para no trabajar, por mencionar algunos, como si tener jefe fuera malo.

Si quieres que tu negocio prospere tu sabrás hasta donde quieres trabajar, y esto nos habla de ser RESPONSABLES, y si para aprender a ser responsables necesitas aprender a ser un buen empleado tienes que empezar por ahí, empieza y eso te dará la autoridad para emprender tu negocio, pues en el campo laboral debes ser tú, el empleado que tu Compañía necesita.

Esto es importante y vital, no puedes emprender para evadir porque eso es pereza y el trabajo es una parte fundamental de todo emprendimiento y el hacerlo hace crecer tu espíritu para una vocación, así que prepárate estudia, se empleado observa y aplica a tu emprendimiento, todo esto hace que empieces con un fin en mente. El estudio te llevara a tener una profesión y la visión para ser un empresario.

Trabajo, disciplina y estudio mis queridas Paulovers es lo que nos distingue de las demás.

Cuando inicie con esto de la cosmética, al igual que muchas inicie con los jabones de glicerina, y empecé por el exceso estrés que traía y me estaba enfermando por esto, así que de pronto mi esposo que me dijo: «Irma ¿que te esta pasando?.. ya estás como los ratones dando vueltas en tu rueda y eso no es sano para ti, mírate ya no tienes anhelos»…. Ups fue un balde de agua fría así que me tome un curso de $1,000 en el que incluían material para elaborar los jabones artesanales, así que yo solo pensaba en hacer algo diferente para no regresar al médico por el estrés y  recuerdo que fue un mes de agosto en el que regresé de vacaciones de Cancún y yo estaba peor que nunca de estresada, pues nunca me pude desconectar de la oficina, y me dice mi esposo «levántate» te llevaré a que tomes ese curso de jabones que tanto quieres, no puedo verte así, tú no eres ese tipo de mujeres. Entonces  me lleva y empiezo a hacer jabones y más jabones. Al principio no me quedaban y caía en frustración pero luego que le encontré la forma me quedaban de super lujo. Así que ya fui modificando mis fórmulas y adentrándome más en la herbolaria. Fue maravilloso tener algo  más en qué distraerme, así que cuando me di cuenta en diciembre del mismo año ya tenia 350 jabones -eran como 4 cajas grandes- que utilice algunos para regalos de navidad a amigos y familia . Y bueno, les gustaba tanto que empezaron a preguntar por ellos.

Así que me pregunte y ¿porque no venderlos?, y  entonces comencé  a promocionarlos . No se en que momento cambie el chip y hice de mi pasión un negocio rentable!.

Mi esposo nuevamente me dijo «ya no inviertas más en eso. Lo haces solo  para que te quite el estrés, no para que te genere más. Lo vas a dejar, como has dejado tantas otras cosas que has emprendido». Ahí me picó el orgullo y me dije «esta vez es diferente, le pondré nombre a mi emprendimiento y pondré todo de mi parte para que se desarrolle este negocio», y él me decía «¿cual negocio?… si solo  vendes tres jabones» , entonces le contesté:» ¿ves esas cajas de jabones?, las venderé todas» . Efectivamente las vendí todas y  cuando  entré en el grupo de Cosmética Paulownia tenía unos meses de haber empezado, y comencé a tomar talleres aquí. Así que me dieron las armas que ocupaba. Ya había nacido Natural Family.

Recuerdo haber empezado a trabajar en mi desarrollo personal y comencé  a descubrirme. Comencé a entender más acerca de lo que estaba buscando.  Nada ha sido fácil, bazares pagados y sin vender, clientes que quieren que regale mi trabajo, colegas desleales etc. Pero eso me ha hecho ver que voy en el camino creciendo. De a poco pero firme y que si lo tengo es porque ya era mío y nadie me lo quitará. Les invito a que sigan soñando y trabajado para conseguir nuestros anhelos. juntas seremos el cambio que nuestra familia, entorno y el mundo lo necesita.

Gracias por compartir tu luz conmigo. Todo es hermosamente posible y nada de lo que ven mis ojos es real si no lo siento.

Nada es por casualidad.

Puedes seguir a Irma en su página de Instagram @natural.family

2 Comments

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  1. 1
    Wendy

    Wowww me he sentido tan identificada con tu historia que me has sacado las lagrimas, quiero emprender pero no se por donde empezar, me gusta la cosmetica natura, al igual que tu hago jabones he tomado cursos de cosmetica leo mucho me educo pero aun asi no enciuentro el camino para iniciar.

    Despues de esto voy a lanzarme hacia lo desconocido.

    Gracias..

    Wendy

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