La Doña: El Cielo ganó una Estrella.

¿Será verdad que mi Doña hermosa entró a una joyería con un cocodrilo bebé en una jaula y pidió un collar en forma de reptil? Lo creo absolutamente. Era una mujer, que entre otras cosas, era muy conocida por su afición a las joyas y toda clase de excentricidades. 

Hoy hubiese cumplido 108 años María Félix, gran DIVA del cine mexicano y aunque a muchas nos gustaría que aún nos acompañara, estoy segura de que a ella no le hubiese hecho ni un ápice de gracia pasar los 100 años. 

«Perdería todo mi glamour»... me la imagino diciendo mientras enciende un cigarrillo. 

 Desde que partió su hijo Enrique, la Doña comenzó a morir poco a poco. Con dolor y tristeza ante la partida de su único hijo, la Doña pudo despedirlo con toda la fortaleza que solo ella pudo tener. Se dice que no derramó una sola lágrima en público. En privado, habrá sido otra cosa. Después de todo, una madre, es una madre.

 Y es que María Félix fue definitivamente, una mujer adelantada a su tiempo. Fuerte, segura, con una personalidad, belleza y estilo únicos, tanto en su carrera como en su vida personal. Una verdadera estrella del cine de oro mexicano del siglo pasado que logró cautivar al público.

La Doña, nació un día como hoy, 8 de abril del año 1914 y como dato curioso también falleció un 8 de abril, pero del año 2002. Hoy, se cumplen 20 años de su partida y 108 de su nacimiento. 

María Félix fue definitivamente, una mujer adelantada a su tiempo. Fuerte, segura, con una personalidad, belleza y estilo únicos.

La descubrió un productor de cine en pleno centro de la ciudad de México mientras se comía un helado. Este, se acercó a ella encandilado al ver  semejante belleza. Cuando le ofrece trabajar en cine, ella le contesta: “Bueno, pero trabajaré en lo que yo escoja” . Su fuerte personalidad la convertiría en la estrella más grande que haya conocido México.

En una época en la que las actrices bellas hacían el papel de mujeres frágiles, María Félix se subía a galopar caballos e imponía su voluntad a golpe de látigo. Fue así como su papel en Doña Barbara le valió el apodo de “La Doña”.

Cambió todos los paradigmas de la época.

Hollywood quedó rendido a sus pies. Comenzó a elegir sus propios roles y rechazó los que ella consideraba inapropiados para ella ( aquellos que la mostraban como mujer sumisa y dependiente de los hombres ). Sin duda fue una de las primeras feministas, quien no dudo en demostrarlo. Por cierto, fue también una de las mejores pagadas. 

La descubrió un productor de cine en pleno centro de la ciudad de México mientras se comía un helado.

Con 47 películas, La Doña vivió sus días como una gran DIVA , no solo dentro sino también fuera del cine. 

Su imagen fue símbolo de lujo, estilo y excentricidad. Todo lo que giraba en torno a ella era símbolo de estatus. Recuerdo ver cuando asistió a un programa de televisión, un presentador le increpó por ser demasiado adicta al lujo a lo que ella le contestó subiendo el tono : “¿Acaso quiere que venga vestida de huaraches? ¡Yo me debo a mi público! O cuando un periodista le preguntó si era lesbiana, al cual ella no dudó ni un segundo en contestarle: “Si todos los hombres fueran como usted, lo sería sin duda”. 

Volviendo al tema de las joyas tan características, La Doña le hizo peticiones muy especiales a la firma Cartier. La mayoría en forma de animales exóticos… lagartos, cocodrilos, serpientes, todas joyas, que terminaban deslumbrando a quienes la admiraban allí donde iba. Y es que La Doña era clienta estrella de la firma. Su admiración a los ofidios y los cocodrilos hicieron que se contaran varios mitos sobre ella. Uno de ellos, el más famoso: cuando entró a una tienda Cartier con un cocodrilo pequeño en una jaula y poniéndolo en el mostrador pidió que le hicieran una réplica exacta con piedras preciosas. Así nació una de las piezas más icónicas de la firma: aquel collar de oro macizo que se componía de dos cocodrilos que se entrelazaban : con el lado verde cubierto de esmeraldas y el blanco, cubierto de diamantes que se desmontaba y podía usarse de diferentes maneras. Incluso, lo llegó a poner sobre un centro de mesa cuando ofreció una cena a sus invitados (embajadores, gente del mundo del arte y de la televisión como su amigo personal Emilio Azcárraga Milmo).  Solo a ella se le hubiese ocurrido semejante audacia. 

La Doña le hizo peticiones muy especiales a la firma Cartier. Joyas en su mayoría con forma de animales exóticos

“Los animales, y en especial, los reptiles, ya eran una fuente de referencia de la casa francesa desde principios del siglo XX, sin embargo, el pedido resultó convertirse en todo un reto para los expertos en joyería, creadores de la pieza. Después de la muerte de la actriz mexicana, sus joyas fueron puestas en venta, y el collar fue adquirido de nuevo por Cartier para formar parte de su archivo histórico. Se cuenta que la casa francesa pagó 20 millones de euros”.

Los cocodrilos no fueron sus únicos favoritos, ya en el año 1968 La Doña comisionó el icónico Collar Serpiente, una pieza de platino, oro blanco, oro amarillo y dos esmeraldas que le servían como ojos. De 178,21 quilates, el collar estaba compuesto con nada menos que 2.473 diminutos diamantes.

A pesar de que La Doña fue amada, también fue muy odiada. Para escalar en un ambiente tan competitivo ( y machista ) se ganó muchos enemigos y también enemigas. Varias de sus compañeras de reparto la tildaron de grosera y déspota. 

Desde Silvia Pinal hasta Dolores del Río, han sido varias las actrices que han contado que La Doña era de “armas tomar” . Decían que en el set de grabación era insoportable y que aprovechaba las escenas de violencia para “zurrarle” a sus enemigas. La actriz Columba Domínguez contó que tuvo una fuerte discusión con María Félix y que esta aprovechó una escena entre ambas en donde La Doña por libreto tenía que pegarle una bofetada. Lo que no se esperaba Columba Domínguez  es que la bofetada sería tan espantosamente fuerte, que le llegó a romper el lóbulo de la oreja. Todo comenzó por culpa de un abrigo. La Doña, llegaba al set de filmación con costosos abrigos, lo que provocaba la envidia de más de alguna. Un día, al volver a su camerino, su abrigo estaba manchado, lo que provocó el enojo de la Doña atribuyendo la responsabilidad directamente a Columba de semejante agravio. 

Si quieren ver el espectacular bofetón a la mujer de Emilio “El Indio” Fernández, échenle una mirada a la película Maclovia. Digna de un Oscar. 

Todo por un abrigo.

Para escalar en un ambiente tan competitivo ( y machista ), La Doña  se ganó muchos enemigos y también enemigas.

Algo parecido ocurrió con Irma Serrano. Era conocida la aversión que tenía Irma Serrano a asistir a eventos. La Doña, conociendo la hermosa voz que tenía “La Tigresa”, la invitó delante de todos a cantar en la recepción de una fiesta. Ante la insistencia de La Doña, la vedette decidió marcharse sintiéndose humillada. 

Al retirarse de la fiesta la siguieron Lola Beltrán y Lucha Villa, para apoyarla. 

Silvia Pinal también se sumó a las actrices que la señalaron por su comportamiento déspota. Pero La Doña, señaló que el enojo de Pinal, se debió a la negativa de ella a salir en las fotos del bautizo de su nieta Frida Sofía, hija de Alejandra Guzmán. Cuenta Pinal que La Doña le dijo que solo sería madrina de la niña siempre y cuando ella se alejara durante la ceremonia en la iglesia ya que no podía por ningún motivo quitarle protagonismo a La Doña y menos en el altar de una iglesia. (Al menos esa es la versión de la Madre de Alejandra Guzmán). 

Con Dolores del Río más de lo mismo. En la película La Cucaracha, La Diva compartía papel protagónico con Dolores ya que así lo exigía su director Ismael Rodríguez, pero La Diva se negó rotundamente a ceder parte de su protagonismo. Al final lograron limar asperezas  y pudieron trabajar juntas, eso sí, poniendo La Doña una condición: que su sueldo fuera mayor que el de Dolores. 

¿Y qué creen?… Lo consiguió.

Feliz Cumpleaños al cielo  Doña María Félix… 

 

 


 

 

Artículo: Yasna Sánchez
Fotoarte: Rodrigo Meade.

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